La vida es más Simple de lo que pensamos o queremos pensar.
La mayoría de las personas, en vez de pensar por nosotros mismos, dependemos de lo que piensan los demás por nosotros porque nos ahorran ese trabajo. Es más fácil buscar un protector cuando tenemos dificultades para que nos las solucionen o para poder echar la culpa si la cosa sale mal.
Tenemos miedo a ser simples ya que simples es sinónimo de ser ingenuo, tonto o necio. No queremos ser simples o no buscamos soluciones sencillas porque tenemos miedo a Pensar.
La psicóloga Carol Moog afirma que en nuestra cultura existe una” paranoia de omisión”, que es la sensación de cubrir todas las opciones para que nadie nos pille desprevenidos o nos ponga en evidencia. Si solo disponemos de una idea y esta falla nos sentimos desnudos y tememos muchísimo al Fracaso, otro miedo del ser humano.
El problema de tener tantas soluciones preparadas nos lleva al camino del caos ya que acabamos con ideas contradictorias y no sabemos hacia dónde nos dirigimos. En cambio la Sencillez requiere que se reduzcan las opciones y se decida un camino para seguir.
La mejor forma de enfrentarse a estos temores es enfocarse en el problema, pero primero tenemos que reconocer ese problema para poder enfocarnos en ella.
“Para decidir sobre asuntos esenciales hace falta usar el lenguaje, la lógica, el sentido común y establecer un plan concreto.” – Abraham Lincoln.
Por lo tanto, el antídoto contra el temor a la Sencillez es el Sentido Común – o nuestro instinto – que solemos dejar de un lado cuando tenemos que resolver un problema. En la mayoría de las ocasiones, esa primera impresión es la válida, pero aun así siempre tendemos a justificar una decisión para no hacerle caso. Cosa que a veces puede tener consecuencias más serias de lo que nos hemos imaginado.
Las ideas simples suelen ser obvias porque tienen un toque de realidad, pero no nos fiamos de ellas. Pensamos que siempre hay algo oculto y sería demasiado fácil de lo contrario. Esto nos pasa tanto en la vida personal como profesional. Deberíamos corregir esto y ver qué pasa. Seguramente nos sorprenderemos.
Para pensar sencillamente y con sentido común lo podemos hacer de la siguiente manera:
- Sacar el ego de en medio – el buen juicio se basa en la realidad, cuanto más presente es el ego más nos alejamos de esta realidad.
- Evitar ilusiones – todos queremos que las cosas se desarrollen de una manera, pero a veces estas cosas ocurren fuera de nuestro control y no tenemos más opciones que aceptarlas.
- Escuchar mejor – el que no tiene sus oídos alerta, pierde el contacto con el sentido común ya que esto se basa en escuchar lo que piensan los demás.
- Ser algo cauto – a veces las cosas no son lo que parece porque las intentamos adaptar a nuestros intereses personales.
Por lo tanto, la complejidad no debe de admirarse y confiemos en el sentido común, él nos dirá lo que tenemos que hacer.
Jack Welch, el conocido y prestigioso Presidente de General Electric, dijo en una entrevista en la Harvard Business Review :
«Los directivos inseguros crean la complejidad. Los directivos asustados y nerviosos utilizan libros de planificación muy gruesos y complicados, y diapositivas llenas de todo lo que han aprendido desde su infancia. Los líderes de verdad no necesitan confundir. La gente debe tener la confianza en sí misma para ser clara, precisa y estar segura de que cada persona en su organización, desde la más importante a la menos, entiende cuál es el objetivo básico del negocio. Pero no es fácil. Es increíble lo difícil que es ser simple para la gente; cuánto miedo le da ser sencilla. Les preocupa el hecho de que si son simples, los demás pueden pensar que son tontos. En realidad, claro está, es justo al revés. La gente con la mente más clara y preparada es la más simple».
Estas palabras las podemos aplicar también en el plano personal, sin lugar a duda y dejemos de complicarnos la vida. La vida es más Simple de lo que pensamos o queremos pensar.